Único, raro, desconocido, enigmático y poco visto. Así resulta este extraordinario colibrí, es un ave sumamente pequeña y puede confundirse con un abejorro o con cualquier otro insecto volador. Su belleza es como pocas, pareciera extraído de viejas historias de paraísos tropicales escondidos en islas remotas o de relatos de aventureros perdidos en la selva; Su tocado adornado de largas y delgadas plumas es exótico y elegante y su larga y tupida barba le da un carácter de sabiduría y fortaleza, dentro de su territorio de caza se percha en las varas altas de chalumes y cafetos, mueve la cabeza hacia ambos lados y eriza las plumas del cuerpo mientras fija con su mirada a su próxima victima, ataca con precisión utilizando la daga carmesí que tiene como pico, atrapa pequeños mosquitos los cuales son devorados al instante, se percha de nuevo y reclama su trono con agudo canto y el alarde de las plumas largas que ostenta en su corona. El es el Cresta Negra, el Rey de los colibríes.
Fotografiado en la Reserva de la Biosfera Selva El Ocote, Chiapas. Sergio Pedrero Villanueva